Se dice que el pensamiento chino está compuesto de dos elementos: el Confucionismo y el Taoísmo. De los dos ha sido el Confucionismo el que ha recibido mayor atención de parte del actual gobierno chino y de la comunidad académica mundial. En este contexto vale preguntarse ¿tiene el Taoísmo una función equivalente a la que juega el Confucionismo para entender el desarrollo actual de China y su papel en la historia del siglo XXI? Pero, ¿qué es el taoísmo? Para muchos una religión que hunde sus raíces en el chamanismo y se preocupa por la inmortalidad y los inmortales; para otros un conjunto de doctrinas entre las que se incluyen los dos principios ying y yang y El libro de los cambios, el I Ching; para algunos una amalgama de prácticas de higiene, ocultismo, gimnasia, medicina tradicional, control interior, moral sexual, y para los estudiosos, los principios que identifican formas características de la estética, la pintura, la música, la arquitectura china. Pero para todos el Taoísmo está ligado de alguna manera en sus comienzos al Libro del Tao, unos de los textos -con la Biblia- más conocidos y traducidos de la humanidad. En 1993 se descubrieron cuatro series de textos que se consideran hoy día como los más antiguos fragmentos de "los libros del tao". La conferencia se concentra en la consideración de ellos para proponer una forma de acercarse al Taoísmo. Con ocasión de la exposición Dragones imperiales de China - Colecciones del Museo de Shanghái. |