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miércoles, 3 de junio de 2015

Rv: La suerte del idioma es la suerte de la Nación. Periódico Leonardo daVinci



El Martes 2 de junio de 2015 21:34, carlos Mayo <carlosmayo999@yahoo.es> escribió:




----- Mensaje reenviado -----
De: Periodico Leonardo Davinci <educadavinci@gmail.com>
Para: leonardo_davinci <leonardo_davinci@lists.riseup.net>
Enviado: Martes 2 de junio de 2015 21:03
Asunto: [leonardo_davinci]

Con motivo del aniversario del fallecimiento del maestro José Joaquín Montes, como homenaje a uno de los estudiosos más consagrados de nuestro idioma, reproducimos esta  importante entrevista hecha por el  Leonardo da Vinci..
 
   La suerte del idioma es la suerte de la Nación
 
      Por: Concha Benavides y Aixa Sánchez
 
 "las clases políticas que dominan actualmente en Colombia, no tienen ninguna posición nacionalista y más bien están listos para entregar todo, no solo la economía, la política y la milicia a las potencias extranjeras, sino todos los bienes culturales del  país, con el idioma en primer lugar"*.
 
"Leonardo da Vinci": ¿En qué radica la importancia de nuestro idioma, el español?
JJM: La importancia del español no es solo del español, es de cualquier lengua, cualquier idioma que, como se sabe de tiempo atrás, pero sobre todo se ha recalcado mucho en los últimos años, es el instrumento fundamental no solamente de la comunicación sino también del pensamiento humano en general y que, como lo han repetido muchos investigadores, es el medio por el cual constituimos realmente el mundo de los nombres de todas las cosas que nos sirven para manejar, para mantener en la mente un sustituto del mundo exterior objetivo, y poder manejarlo a voluntad. El resto es imaginarse el mundo sin la lengua y sin el lenguaje en general. Es pensar en un caos informe en el que sería imposible hacer ningún manejo de las cosas si no se tuviera este maravilloso instrumento que permite conservar los nombres en la memoria para evocarlos a voluntad como un auténtico mundo, reproducción, hasta cierto punto, del mundo objetivo. De manera que no habría que decir que el idioma español tiene una importancia especial. Tiene importancia especial para quienes hablamos este idioma, como la tienen todos los idiomas para quienes hablan las respectivas lenguas. Y como ya dije, porque es el instrumento básico de la comunicación del pensamiento y la conformación del mundo.
 
LdV: ¿Qué quiere decir usted al citar a Coserio cuando dice "la lengua se hace y se rehace"?
 
JJM: Como lo ha dicho Coserio en diversos trabajos suyos, realmente utilizar la lengua en un momento determinado es rehacerla, ponerla nuevamente en circulación, en actividad. Pero además, en todas las épocas de la lengua y de las lenguas vivas que están funcionando como medios de comunicación, éstas están recibiendo novedades de uno y otro tipo que poco a poco se van convencionalizando, aceptando por los demás hablantes, por todos los hablantes. De esa manera va cambiando la lengua, se va rehaciendo. Así por ejemplo, con los numerosos anglicismos que se han tomado últimamente, aparecen unas palabras, unos giros que antes no existían en español y se abandonan otros que antes sí existían y se usaban. En esa forma la lengua está rehaciéndose prácticamente en todo momento de la comunicación.
 
LdV: ¿En qué consisten los efectos de la globalización en nuestro idioma?
 
JJM: Estos efectos son precisamente la globalización, que es el poder absolutamente determinante de una potencia unipolar en la actualidad y su dominio absoluto en los medios de comunicación, en las agencias de noticias, la política, la economía, etc, en todas partes, en todo el mundo. Los distintos medios de comunicación van trasmitiendo palabras. Así por ejemplo no hay que buscar mucho para encontrar cantidad de préstamos léxicos de inglés que van penetrando casi diariamente en la lengua, como casett, computador, bit, hobbie, out, in, en fin multitud de palabras que van penetrando continuamente, pero claro, como lo he escrito en muchas ocasiones, esto de las palabras, el léxico o los prestamos léxicos no es lo más pernicioso para la vida del idioma sino los calcos semánticos o de estructura sintáctica, es decir, el tomarlos de otra lengua, concretamente del inglés. Vengo repitiendo, por ejemplo, hace mucho tiempo y en diversos medios, lo nocivo del calco que se ha hecho muy común en los últimos años, de usar billón en el sentido que lo usan los Estados Unidos, es decir, para mil millones, porque en el terreno de los conceptos matemáticos la polisemia es imposible. Una palabra o un término matemático tiene que significar una sola cosa; significar dos cosas al tiempo no resulta, porque el término sencillamente no sirve. En otros campos, en el léxico corriente del idioma, el que una palabra adquiera un sentido nuevo, como el caso de asumir que ha tomado del inglés el sentido de suponer, aceptar, dar por sentado, etc., no es tan grave, tiene otro sentido pero puede seguir funcionando bien la palabra. Pero en estos conceptos matemáticos, no. Si se usa billón para mil millones, ya no podrá utilizarse para un millón de millones porque se producen equívocos continuos. Por eso se ve que a veces algunas personas, en los periódicos, en vez de decir billón dicen un millón de millones.
 
"…como señalé antes, lo que sí es realmente desastroso para el idioma son los calcos que mencioné de la estructura semántica-sintáctica, los que de otra parte, tienen el grave inconveniente de ser tomados ordinariamente sin tener en cuenta cómo se está deformando la esencia misma de la lengua"*.
 
Están abandonando un término tradicional del español por influjo de un calco del inglés, y así hay muchos otros calcos. Por ejemplo, últimamente se ha hecho mucho uso de un calco de estructura sintáctica que es la predeterminación. El español y las lenguas romances en general usan la pos-determinación: un modificante va después del término determinado y así, se dice correctamente aquí "Plaza Comercial Salitre" pero no "Salitre Centro Comercial", como se ve por ahí este aviso y muchos otros del mismo tipo; "Capital Parqueaderos", "Alejandro Domingo Televisión", "Monte Ávila Editores" y más de este tipo que están alterando un esquema básico del español. Otro uso en este terreno, que se va propagando rápidamente es el posesivo anglicado. Por ejemplo, en los canales de televisión de películas extranjeras, como el Discovery Channel se oye continuamente "cierre sus ojos" que es una estructura ajena al uso tradicional del español, porque en español se ha dicho siempre  "cierre los ojos", entendiéndose que son los ojos de la persona a quien se le da la orden y no pueden ser otros; sobra por consiguiente poner el posesivo, como en "se agarra su cabeza". Se trata de  expresiones de este tipo que van alterando la sintaxis básica del idioma.
 
LdV: En su escrito "El español en el siglo XXI", usted afirma: "Las causas últimas de los cambios de una lengua hay que buscarlas en las fuerzas que dirigen la evolución social y cultura". ¿Qué significa? 
      
JJM: Significa que es el poder político es el que, en final de cuentas, determina la suerte de los idiomas. Eso ya hasta cierto punto lo veía bien Nebrija, cuando decía: "La lengua compañera del imperio". Y, claro, todo pueblo que domina a otros, deliberadamente o no, va imponiendo sus usos y sus costumbres y tal vez en primer lugar, o, en todo caso, en uno de los lugares principales aparece el idioma. Es decir, el poder de la cultura estadinense en estos últimos tiempos se ve absolutamente en todo, en la economía con los préstamos, en su poder político y  militar, y vemos como desde tiempo atrás se va introduciendo una serie de costumbres extrañas o no tradicionales, como el Halloween, el show party y  otra cantidad de cosas de este estilo. Pero esos no son sino aspectos de este influjo global que se cumple en pueblos hispanohablantes y en todos los demás. Eso es lo que significa en esencia lo que digo allí. Son los hechos políticos y sociales los que hacen que una cultura y el idioma de una Nación  o conjunto de naciones se vayan imponiendo sobre los otros y, hasta cierto punto, los vayan deformando por medio de su influjo. Por ejemplo, cuando en el siglo XIX el poder dominante en el mundo era Inglaterra, eran préstamos del inglés británico los que se tomaban en estos países: entonces tomaron tiquete en vez de boleto, o Corte por Tribunal de justicia, etc. Así, el siglo XVIII  fue el siglo del poder de Francia, eran los galicismos. Ahora son los anglicismos norteamericanos, precisamente estadinenses. Eso está determinando por el poder dominante de los Estados Unidos y no por otras cosas. No porque el idioma mismo sea  débil o tenga unas determinadas necesidades sino porque esos usos vienen impuestos por un poder dominante.
 
LdV: ¿Qué actitud adoptar frente a los cambios de la lengua? ¿Cuáles cambios aceptar y promover, cuáles rechazar?
 
JJM: Esto no es muy fácil de responder de forma correcta o adecuada, pero, en general, se ha dicho y es correcto, que el idioma no puede cerrarse al influjo externo. Sobre todo en el terreno del léxico y, particularmente, cuando se trata de realidades de la técnica. De la ciencia y de la técnica provienen novedades con nombres que les han dado en otros países, los han inventado y puesto a circular, de manera que en ese caso es absolutamente indispensable tomar los términos del otro idioma, o bien, buscarse un sustituto adecuado dentro de la lengua. Cuando no hay ese sustituto, hay que tomar el término y tratar de adaptarlo al idioma. Por ejemplo, está el caso de casett, caset, casete, etc. Yo creo que se va imponiendo la forma casete, que suena perfectamente española y se puede usar como palabra del español. En general, hay que tomar todo el léxico que sea necesario para nombrar la nueva realidad de la vida moderna,  tratando de adaptarlo de la mejor manera al español, cuando no hay sustituto adecuado. Pero como señalé antes, lo que sí es realmente desastroso para el idioma son los calcos que mencioné de la estructura semántica-sintáctica, los que de otra parte, tienen el grave inconveniente de ser tomados ordinariamente  sin tener en cuenta cómo se está deformando la esencia misma de la lengua.
 
LdV: A propósito del cierre de la carrera de español en la Universidad Pedagógica, ¿Cuál es su opinión respecto a la enseñanza del español?
 
JJM: Esa es otra cosa que parece perfectamente funesta. Parece verse en el comportamiento de las clases dirigentes, de las clases políticas que dominan actualmente en Colombia, que no tienen ninguna posición nacionalista y que más bien están listos para entregar todo, no sólo la economía, la política y la milicia a las potencias extranjeras, sino todos los bienes culturales del país, con el idioma en primer lugar. Yo he sabido, por ejemplo, que en algunos colegios, como el San Bartolomé de la Merced, se hace estudiar a los niños de primaria ciencias naturales en textos en inglés, y eso me parece injustificado y nefasto porque los niños, si es que aprenden ciencia naturales (y no sé si puedan aprender ciencias naturales por ese medio), de todas maneras van a salir sin conocer el léxico de las ciencias propio del español. Es un elemento que poco a poco va deformando el idioma, puesto que estas personas no van a tener el conocimiento de ese léxico especializado en este campo, y cuando hablen en español van a usar términos de procedencia inglesa.
 
LdV: En países como Francia el gobierno ha tomado medidas de protección a su lengua, ¿Usted qué sabe de protección y cuidado a nuestra lengua materna?
 
JJM: Que por lo menos lo que se ha hecho y se hace al respeto carece de toda importancia y no tiene eficiencia en la vida real. Por ejemplo, hay una famosa ley del idioma, ya bastante vieja y, sobre todo, completamente ineficiente e inapropiada para los fines que se propone conseguir. Como sucede aquí, todas las leyes se quedan en el papel. En esa ley, sino estoy recordando mal, se dice que está prohibido poner anuncios en otros idiomas y eso no se ha cumplido ni es lo que debería hacerse para defender la integridad del idioma. Eso no es el asunto, pues el elemento más importante es la deformación del idioma por la presión externa. El gobierno  debería preocuparse más con vigilar en alguna forma el lenguaje o lengua que se usa en los medios de comunicación, prensa escrita, televisión, radio, etc. Tener alguna vigilancia a este respeto. En el caso de los locutores, deberían tener algunos requisitos más o menos serios antes de darles una licencia, que conozcan algo sobre la manera de traducir adecuadamente un término  en inglés y que no estuvieran cometiendo continuamente, como ocurre, simples calcos nocivos para el idioma.  En otros aspectos podría el gobierno ejercer una vigilancia más efectiva sobre el uso del idioma y no quedarse en cuestiones un poco infantiles y carentes de resultado.
 
LdV: En la situación económica, política y social de nuestro país, ¿Cuál cree usted que puede ser la mejor forma para que los lingüistas, los futuros estudiantes se interesen en el estudio de la lengua y en el análisis del uso de ella?
 
JJM: Como vengo repitiendo en esta entrevista, yo realmente, como muchos otros trabajadores de la cultura, soy muy pesimista sobre lo que se puede hacer desde el campo puramente científico y cultural, para orientar en alguna forma estos procesos de cambio lingüístico. Todo esto depende de la situación política y, como lo he escrito en varias partes, si la situación política continúa por muchos años tal como ahora, con el poder prácticamente omnímodo de una sola potencia que domina en todos los campos, pues el español, y los demás idiomas seguirán progresivamente deteriorándose. Claro, esto es cosa que ya han dicho lingüistas como Otto Jepersson y políticos como José Stalin. Es decir, que tal como marcha el mundo, cada vez más unificado, será prácticamente inevitable que a largo plazo, el mundo acabe teniendo una única lengua. ¿Cuál será esa lengua? Eso lo definirá la evolución política. Ahora bien, ¿qué se puede hacer desde el punto de vista de los trabajadores de la cultura? He recordado en diversos lugares una frase  de Cuervo, en la famosa polémica que libró sobre la fragmentación o no del español en América, en la que sostiene que no porque sepamos que finalmente nuestro cuerpo va a ser  cuerpo de gusanos, dejamos de arreglarnos mejor mientras vivamos. Así, no porque tengamos una visión pesimista de la suerte del idioma debemos dejar de preocuparnos por estudiarlo siempre y tratar de conseguir que la mayor cantidad de gente lo use con propiedad y hasta con elegancia y belleza, tratando de evitar en lo posible, los influjos o las trasferencias más nocivas de las lenguas extranjeras.
 
* El profesor José Joaquín Montes(qepd)-1926-2014- Miembro de número de la Academia Colombiana de la lengua y miembro correspondiente de la Real Academia Española escribió cientos de artículos, libros, dedicó su vida al estudio de la Dialectología.




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